febrero 10, 2009

Otro triunfo de la "medicina alternativa"

La "medicina" natural, alternativa, holística, complementaria, antioccidental, tradicional, milenaria y ecológica se ha cobrado otra víctima.

En el mundo de las creencias no comprobadas de la brujería disfrazada de medicina, la orina es considerada un "líquido mágico". Distintas tradiciones le adscriben distintas capacidades mágicas, desde la protección de la piel hasta la curación de huesos rotos, como antibiótico y según algunos audaces hasta como anticancerígeno. Sujetos que lo ignoran todo acerca de la fisiología del cuerpo humano y la biología molecular, como el brujo español Jesús María "Txumari" Alfaro y el embustero mexicano Shaya Michán afirman consumir su propia orina con efectos según ellos muy beneficiosos, aunque el espectador detecta que parecen igual de tontos que si no bebieran sus desechos corporales.

La orinoterapia, urinoterapia o meadoconsumo es, además de una porquería, una práctica bastante peligrosa. La orina es el vehículo mediante el cual el cuerpo humano se deshace de ciertos desechos tóxicos del metabolismo celular, como la urea, de sustancias tóxicas consumidas, como drogas y venenos, de expulsar el sodio o potasio excedentes de modo que el pH del cuerpo se mantenga en el nivel adecuado para la vida y manteniendo el equilibrio ácido-básico de nuestro metabolismo. Los riñones, esos complejísimos mecanismos que no suelen estudiar los "alternativos", filtran 180 litros de sangre diariamente, extraen lo que no nos sirve, recobran (ellos mismos, sin necesidad de médicos ayurveda) las sustancias que sí nos sirven (como la glucosa). No hay ningún motivo posible o imaginable desde el punto de vista médico para volver a meter lo que el cuerpo ha echado fuera.

Nada de esto conmueve a los defensores de las terapias más delirantes, como ésta, con resultados esperables pero no menos trágicos. Este martes, numerosos diarios reproducían esta nota de EFE, que reproducimos del diario mexicano El Universal:

EFE
EL UNIVERSAL
LA PAZ MARTES 10 DE FEBRERO DE 2009
08:40
Una mujer boliviana falleció por una infección generalizada después de que una amiga le inyectara orina en el suero cuando estaba ingresada en una clínica de la ciudad oriental de Santa Cruz, informaron hoy los medios.

G.G.A., de 35 años, murió el viernes debido a una septicemia (infección generalizada) después de que una amiga le inyectara orina para aplicarle orinoterapia, una supuesta técnica con propósitos curativos o cosméticos, afirmaron los fiscales al diario La Razón.

La víctima ingresó el pasado miércoles en la clínica cruceña en la que falleció dos días después cuando era sometida a una operación de abdomen.

"Cuando le practicaron la incisión, identificaron un cuadro de septicemia. Se complicó la intervención quirúrgica y falleció el viernes", informó al diario paceño el fiscal de distrito de Santa Cruz, Jaime Soliz.

Según Soliz, el ingreso de la orina en la sangre puede provocar la muerte, a causa de la septicemia, de inmediato o máximo en 72 horas.

"Varía, depende del estado físico, la nutrición, el estado inmunológico, la muerte se podría prolongar, hasta 72 horas, si es que no es inmediata", indicó.

La mujer fue ingresada tras haber sido intervenida quirúrgicamente en Chile para reducir el tamaño de su estómago.

"En la clínica, su padre descubrió in fraganti que la amiga de su hija, quien aparentemente es diseñadora de modas, le colocaba orina en el torrente sanguíneo", dijo Soliz.

El fiscal asignado al caso, Óscar Flores, explicó que según las pesquisas preliminares, la mujer habría inyectado orina a su amiga para practicar la orinoterapia porque "seguramente quería que se sintiera mejor de salud, por que ya antes tuvo una complicación".

Por su parte, Soliz, que negó cualquier responsabilidad de los médicos que trataron a la paciente, apuntó que la investigación "está siendo complicada" porque los familiares de la víctima no están colaborando, mientras que la presunta autora de la inyección de orina, que ha sido citada para declarar, está desaparecida.

jigh


Compare esto con tonterías egregias como la siguiente, tomada de un directorio de clínicas privadas de España que no menciona, claro, a sus dueños (que son, por cierto, lo bastante astutos para esconderse detrás de un registrante en volumen de Arizona que oculta su identidad, DomainsByProxy.com), y que recomienda el siguiente tratamiento para las heridas abiertas: "Utilice orina propia, de vaca o de caballo para realizar toques, con un dedos o algodón, regulares y durante un prolongado período".

Si obtiene una septicemia, asunto suyo, claro.