octubre 21, 2008

Modus gellerandi

Un embaucador casi olvidado por los medios detecta que un famosísimo deportista es bobo de solemnidad. Se organiza para "encontrárselo" accidentalmente, conocerlo, impresionar el escaso neuronaje del joven deportista con un truco absolutamente desprestigiado con el que tuvo éxito treinta años atrás, lo enreda con la palabrería habitual de la autoayuda, el "tú puedes" y demás, sabiendo que el muchacho está cerca de un importante éxito deportivo. El muchacho gana una confrontación y el viejo y avezado embaucador convoca a todos los medios para informarles que el éxito se le debe a él. Obtiene una gran cantidad de publicidad gratuita y a posibles víctimas a las cuales sacarles el dinero que crean que realmente este engañabobos puede provocar triunfos en el deporte de élite por medio de rollitos de libro de a dos euros.

Esto podría ser lo que ocurrió en la peculiar historia que ha unido al viejo embustero doblacucharas Uri Geller y al joven, atolondrado, brillante y antipático piloto de Fórmula 1, Lewis Hamilton, según informan los despistados medios que han caído en el garlito de Geller.

¿Cómo doblaba Geller las cucharas? Con las manos, y sobran los vídeos que lo demuestran. Éste me encanta porque no acude aninguno de los "trucos" que algunos lumbreras trataban de hallar, como una hebilla especial para apoyarse y bobadas así. Simplemente dobla las cucharas cuando todo mundo mira para otro lado. Los magos le llaman "misdirection": dirigir la atención del público lejos de donde debería estar. Éste es uno de los vídeos que con amenazas ha tratado de sacar de YouTube el seudoparanormalero.



¿Encontró Geller petróleo para el gobierno mexicano? No, e incluso recientemente un geólogo de Petróleos Mexicanos se lo confirmó a este blog (diga lo que diga Enrique de Vicente hablando de documentos imaginarios). A Geller le dieron pasaporte mexicano por hazañas un tanto más horizontales con la entonces "primera dama" (juáaaaa) de México, Carmen Romano de López Portillo.

¿Alguna vez ha dicho la verdad Geller? Probablemente, pero nunca se ha podido registrar el caso.

¿A los medios les importa que se trata de un pillastre desprestigiado, de un mentiroso patológico, de un gigoló desvergonzado?

Pues por lo visto no. Los medios, como en el caso del ovni inglés del que se informó hace un par de días están más interesados en sorprender que en informar. Lástima.