septiembre 05, 2005

Masacres, superstición, poder

Empecemos con lo que parecerá un circunloquio, pero que nos lleva directamente a algunos escenarios políticoesotéricos de la actualidad, especialmente en México.

Regina y el 68 mexicano


Regina era una joven mexicana más en 1968, que había logrado ser elegida como edecán de los Juegos Olímpicos que la Ciudad de México albergaría desde el 12 de octubre de ese año. Como tantos jóvenes, animada por el movimiento estudiantil-popular que se desarrollaba en México de frente al autoritarismo salvaje del PRI y de su entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz, fue al mitín que se celebró en la Plaza de las Tres Culturas, en la unidad habitacional de Tlatelolco, para apoyar los puntos del pliego petitorio de los estudiantes.

La respuesta del poder ante una movilización que lo desbordaba había sido única y exclusivamente la violencia: desde derribar la puerta de la Preparatoria Nacional de San Ildefonso con un bazucazo hasta tomar militarmente el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México, las detenciones ilegales, las palizas, la tortura, el uso del ejército contraviniendo las disposiciones constitucionales. La culminación de la bestialidad del autoritarismo se alcanzó ese 2 de octubre por la tarde, cuando el ejército cercó a quienes se manifestaban pacíficamente y procedió a una masacre aterradora. Entre 300 y 800 muertos, se ha dicho, se dice, nadie supo cuántos. Entre ellos, Regina, con seis disparos por la espalda.

Movimiento por la democracia, por la libertad de expresión, por la legitimidad de la oposición partidista, organización sindical, organización campesina, organización popular e incluso quienes consideraron que el camino era el alzamiento armado... todo encuentra, si no totalmente sí en parte, su raíz en esa tarde. Por eso, para muchos mexicanos, una frase se repite año tras año: "Dos de octubre no se olvida".

El delirio esotérico


Al paso de los años, mientras la política en México evolucionaba lentamente y siempre bajo la violencia oficial (periodistas asesinados, guerra sucia, represión permanente), entró en escena un tal Antonio Velasco Piña que, primero con un seudónimo y luego bajo su nombre real, publicó un libro en el cual inventaba toda una serie de mentiras sobre la joven para forrarse las alforjas y promover su propia versión absurda de lamaísmo-aztequista. Entre sus afirmaciones delirantes estaba (está) la de que Regina había sido "descubierta por un lama" como la reencarnación de una diosa y había sido llevada a "iniciarse" en "el Tibet" (por supuesto) y su muerte había sido una especie de sacrificio para iniciar la "nueva era" en México, de la cual (cómo no) Velasco Piña era el profeta y taquillero.

Mientras los creyentes y adeptos reunidos a su alrededor por la monumental desvergüenza de Velasco Piña empezaron a exhibir una adoración absurda por Regina, la familia de la joven caída intentó, con poco éxito, detener al farsante. Elena Poniatowska, brillante periodista y escritora mexicana, autora de esa joya del periodismo valiente que es La noche de Tlatelolco, que narra en voz de sus protagonistas el movimiento del 68 mexicano hasta su brutal fin, con lujo de detalles, ayudó a los padres de Regina para tratar de desenmascarar a Velasco Piña, su desvergüenza, su insensibilidad y su impresionante bajeza. Recuerdo a Elenita (en México es "Elenita" para todos) llegando a una de las conferencias de pago de Velasco Piña para increparlo valerosamente. Mientras daba conferencias asegurando que todo era cierto, verdad incuestionable, ante los medios Velasco Piña se defendía diciendo que eso "era una novela" y así consiguió seguir explotando a una joven asesinada.

La familia tuvo que agregar al dolor de una hija asesinada por un poder al que aún no se puede llevar ante la justicia el dolor de verla utilizada vilmente por un comerciante sin escrúpulo alguno.

El delirio a escena


Entra entonces en escena un personaje peculiar, Antonio Calvo, productor y músico además de insigne creyente en cualquier barbaridad esotérica. Lector (como gran parte del mundo de la farándula televisiva mexicana que gira alrededor de Televisa) del libro de Velasco Piña, decide convertirla en un rentable musical, pero, dice él mismo, un día su amiga y "mano derecha", Rebeca Moreno Lara Barragán, le llega asegurándole que "un ermitaño" en el volcán de Tacaná en Chiapas le dijo a ella que debían acercarse a Velasco Piña. Convencido, Calvo procedió a hacer el musical en cuestión, con libreto de Alex Slucki, que estrenó en marzo de 2002, llevando en el elenco a figuras del monstruo televisual mexicano como Lucero y obteniendo una buena cantidad de dinero a cambio. Es de suponerse que Antonio Velasco Piña llevó también su parte.

Por cierto, el tal Alex Slucki no es sólo libretista y cantautor, sino "un joven y bien conocido médium (en realidad channeler, que es el nombre de los médiums en el New Age), sanador, escritor y poeta mexicano bilingüe" según nos dice él mismo luego de escupir un tremendo rollo en inglés supuestamente proveniente de un extraterrestre con el que Slucki está en comunicación, un tal Akshmil, según relata Slucki en su delirante página Web.

El elenco es asombroso: un infeliz depredando la muerte de una inocente e hiriendo a su familia, un compositor medio esotérico, un libretista que habla con extraterrestres y la tal Rebeca Moreno Lara Barragán, nombre que conviene que recuerde el lector.

La conexión política


Antes de ese 2002, Antonio Calvo ya estaba movido por la "misión" de corte reginista, y como tal fue el autor de las canciones ("inspiradas por el musical", dice) de la campaña de Vicente Fox, quien en 2000 consiguió quitar de la presidencia al PRI (aunque, por supuesto, sus principales colaboradores, como el Secretario [Ministro] de Hacienda son destacados priístas) consiguiendo el extraño resultado de que el PRI perdió la presidencia pero no el poder, y que ningún priísta fuera nunca requerido por la ley para responder por sus corruptelas, asesinatos y, en algunos casos, claras traiciones a la nación.

¿Cómo llega Calvo a convertirse en compositor oficial de un candidato ultracatólico y ultraderechista vinculado a una organización semisecreta como "El Yunque", de corte filonazi, por decir lo menos (según lo relata el periodista Álvaro Delgado al propio megagigante Televisa)?

¿Qué relación puede haber entre un movimiento esotérico que revuelve asuntos como un aztequismo renacido (y falsificado) y un lamaísmo tibetano estilo El tercer ojo y la esposa del presidente Fox, Marta Sahagún, que fuera tesorera en Guanajuato del siniestro y poderosísimo grupo "Los legionarios de Cristo", que también tenía la atención de Aznar en España, igualmente vía su esposa, Ana Botella, cuyo confesor es parte de esta orden?

La bisagra, según lo revelaba La Jornada en agosto de 2003 era precisamente Rebeca Moreno Lara Barragán, que por entonces, además de ser la productora del musical de Velasco Piña/Calvo/Sucki era la coordinadora de giras y eventos de la esposa del Presidente de la república, Marta Sahagún de Fox.

Los rumores malévolos eran, además, que la "Regina" reinventada por Calvo y Sucki se parecía muchísimo a la imagen de "salvadora de la patria" y "reencarnación de Evita Perón" que muchos afirman que tiene de sí misma la señora de Fox, al grado de que ha sido un elemento constante de inquietud en el panorama político mexicano durante años. Rebeca Moreno Lara Barragán le decía a los periodistas que eso no era cierto.

Los mayas galácticos


Antes de volver a doña Rebeca, que tiene tela de dónde cortar, es indispensable mencionar antes a Santiago Pando, publicista de Vicente Fox. Antes que reescribir, copio lo que sobre el tema escribió el periodista Raúl Trejo Delarbre el 23 de agosto de 2003:

Calvo conocía a Santiago Pando, uno de los principales asesores de propaganda del entonces candidato Vicente Fox. En septiembre pasado Pando declaró a Proceso que los lemas de campaña de la Alianza por el Cambio le fueron sugeridos por seres extraterrestres (“mayas galácticos”, precisó) que quieren estimular la espiritualidad del pueblo mexicano.

Cuando supo la tonada que tenía que propagar, Calvo buscó al publicista: “Pensé en hablarle inmediatamente a Santiago Pando para decirle que utilizaran esta vibración en la música de la campaña, pero antes de que le pudiera llamar …se dio otra de las ‘causalidades’ de esta aventura: Me llama Santiago y me pide a componer una música para cerrar la campaña de Fox”.

Pando le dijo “que el comercial final de la campaña era un acto de psicomagia en donde se iba a generar la victoria en la mente del público antes de que ocurriera, de modo que la música debería celebrar ese triunfo anticipado. El coro decía México, Ya!. También utilicé en la música instrumentos prehispánicos y el coro recitaba el mantra sagrado del país ‘Me Xich Co’”.


(El nombre originario de México proviene del náhuatl "meztli", luna, y "xictli", ombligo, es decir, que el nombre literal significa "en el ombligo de la Luna" y semánticamente es "en el centro del lago de la Luna", que es donde se fundó la capital mexica, Tenochtitlán.)

Extraterrestres, psicomagia, médiums, lucro con una persona indefensa y su familia, política, mantras, mayas galácticos, política, prepotencia...

... y Rebeca Moreno Lara Barragán.

Mejor conocida por quienes tienen trato esotérico con ella como "Kadoma Sing Ya", según relataba el 22 de noviembre de 2004 Gustavo Rentería, periodista de Radio Fórmula.

Una bruja a sueldo del depauperado pueblo mexicano por cuenta y riesgo de un presidente neoliberal y charlatán. Otra vez.

Y lo peor es que no es raro. Hay informes de varios santeros, chamanes y brujoides varios rondando por la residencia presidencial mexicana llamada Los Pinos. Y antes también los ha habido.

La ambición material de lo seudoespiritual


Que los políticos tengan relación con brujos, magos, videntes, profetillas y sacacuartos no es nada raro. Ya hemos comentado aquí la relación de los Reagan con la astróloga Joan Quigley, o la infernal comedia de horrores que protagonizó Francisca Zetina, "La Paca", vidente de la familia Salinas cuando éstos eran en México señores de horca y cuchillo (sin hipérbole, hablamos de 600 opositores asesinados en seis años por el "delito" de ser opositores).

Cuando el excuñado de los hermanos Salinas, Francisco Ruiz Massieu, fue ejecutado atrozmente en plena calle, en una céntrica zona de la Ciudad de México, se disparó una trágica farsa que tuvo como una de sus protagonistas a esta señora, coludida con la amante del hermano mayor del presidente, en una serie de acciones esperpénticas que culminaron cuando "La Paca" exhumó el cadáver de su consuegro para reinhumarlo en el rancho del mayor de los Salinas asegurando que se trataba de cierto diputado (Muñoz Rocha) acusado de haber orquestado el crimen y de quien nunca se ha vuelto a saber nada, se hizo humo (ése sí es un misterio, no lo que venden las revistas de paranormalología barata).

Ya, ya, lo sé, es un lío. Si no entendió nada de lo anterior, está usted en la buena compañía de 110 millones de mexicanos que desde entonces siguen sin entender nada.

El caso es que en México habemus Paca, para decirlo en términos acorde a estos tiempos de relevo papal y avance firme hacia el medievo. La "pareja presidencial" mexicana, protagonista de una administración cuestionadísima y de unos anhelos de reelección por vía conyugal que no están aún cancelados, vive igualmente rodeada de farsantes, charlatanes, esotéricos con taxímetro, desvergonzados y desalmados.

No es aquí lugar para que yo exprese mi razonado rechazo a lo que ha sido la lamentable supuesta administración de Vicente Fox Quesada, quien parece vivir en un mundo aparte del nuestro, bautizado por los mexicanos como "Foxilandia", donde el empleo crece, los niños van a la escuela, se abate la pobreza, la sanidad es eficientísima y abundante, el hambre ha sido conjurada y todo va bien, muy bien, requetebien, salvo la oposición jodona.

Sí es, sin embargo, lugar para levantar nuevamente la voz de alarma que lanzábamos en la radio mexicana a principios de 1997: detrás de muchas expresiones del tardoocultismo se encuentra un afán de poder. Puede ir desde el control total de la vida de algunas víctimas (especialidad de gurús como el Maharishi, Jim Jones, el Sai Baba o Shoko Asahara) hasta el ego trip de los cuentacuentos sin fronteras mediáticos españoles como el jurista de cartón piedra, el rey del autobombo radiofónico y los currículums inventados de tantos autoproclamados parapsicólogos que no son nadie, pero no pueden aceptarlo.

Hago mía la reflexión a la que llegaba Carlos Martínez García en La Jornada el 18 de septiembre de 2002:

Cada quien es libre de tener o no tener sus propias convicciones místicas y religiosas; para nada impugno ese derecho. La cuestión que resalto es cuando una determinada creencia comienza a desbordar el ámbito personal y se vierte hacia la arena pública con afanes totalizantes. Tal vez este no sea el caso de Pando y sus mayas de otros mundos; sin embargo, sí me parece localizar muy nítidamente en buena parte del gabinetazo foxista, y otros mandos importantes en el equipo gubernamental, una tendencia hacia el pensamiento mágico en sustitución del análisis de las condiciones realmente existentes y sus posibles soluciones concretas.

El pensamiento mágico puede ser más o menos irrelevante, aunque nunca totalmente inocuo. Pero cuando es la norma de pensamiento en un líder, en un hombre de estado, en un personaje electo a un puesto público por motivos que nada tienen que ver con la superstición y la charlatanería, se convierte en una amenaza difícil de subestimar que merece atención urgente.

Nada de inocencia


Vaya usted pensando en un señor que, en privado, admite estar convencido de que su dios lo eligió para ser presidente, y vea las guerras con las que asuela el mundo disponiendo de la mayor fuerza militar de la historia, poniéndonos en peligro a todos.

Vaya pensando en los otros integristas dispuestos a dar no sólo su vida, sino la de todos nosotros, por su creencia.

Piense en las jovencitas muertas a manos de sacerdotes que hacen "exorcismos" sanguinarios.

Piense en lo que significa que la Ministra de Salud de Sudáfrica, Manto Tshabalala-Msimang, viva convencida de que el ajo, el limón y el aceite de oliva curan el Sida, siguiendo las salvajes enseñanzas del curandero Matthias Rath, quien asegura que los antirretrovirales son "tóxicos" y que el Sida se cura con vitaminas. La ministra ha hecho distribuir un folleto asegurando que los Illuminati y los extraterrestres han llevado el Sida a África para diezmar a los africanos. Y el propio presidente sudafricano, Thabo Mbeki, en su desesperación ante la terrible situación de salud de su país, ha prestado atención a las teorías delirantes del nuevo exterminador Rath (quien, por supuesto, fabrica y vende sus propios complementos vitamínicos "antiSida" con su foto).

No está en juego el "derecho" de la gente a ser engañada por desvergonzados. Están en juego vidas, el futuro de países enteros, si no del mundo, cuando en las altas esferas del poder vive la superstición y campea el pensamiento desordenado, la magia del siglo veintiuno, la barbarie de traje y corbata, la ignorancia elevada a la calidad de virtud (así, exactamente, Vicente Fox felicitaba a unas ancianas por no saber leer, ya que así sufrirán menos que él al leer los diarios), con el apoyo de quienes desde los medios denigran la profesión periodística.

Y ante esa triste realidad, frente a hombres poderosos que no tienen la más mínima preparación para pensar críticamente, ante los riesgos que eso conlleva, lo único que se le ocurre a los promotores del tardoocultismo es quejarse porque los críticos no son "educados" y "corteses" al arrancar el velo de sus patrañas y exhibirlos tal como son, mostrando su entramado de delirios y complicidades.

Sólo eso faltaba, que los beneficiarios de tantas barbaridades se ocupen de dar clases de buenas maneras y protocolo antes de limpiar sus complicidades y sus conciencias.